domingo, 25 de enero de 2015

El Paraninfo

El Paraninfo
Autor David Gómez Salas

Con enorme ilusión y ternura recuerdo el paraninfo del Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas(ICACH),  bello anfiteatro ubicado en el piso superior de la Dirección y oficinas administrativas de mi vieja y añorada escuela en Tuxtla Gutiérrez Chiapas. Un salón amplio, luminoso con maestros maravillosos de música, teatro y danza.

Ahhhhhh (suspiro)... por los gorjeos que hacíamos con el maestro Alvarito, recuerdo a mis compañeras  y compañeros sintiendo que eran voces sopranos, mezzosopranos, contraltos, barítonos, tenores y bajos. Todos artistas alegres, entusiastas... jóvenes llenos de frenesí y propagadores de la dicha.

Los que pasaban por el exterior sonreían y algunos, los más pesados, opinaban que eran cantos molestos por el alto volumen. No sabían que nuestros cantos estaban dedicados al universo.

Yo era introvertido y mal cantante, por lo tanto mantenía mi voz en medio de todas las demás evitando que se dieran cuenta que no era afinado. Gozaba estar ahí porque desde entonces era un enamorado de la vida. Y ahí existía monumental alegría que derrochaba dicha y amor.

Amor que crecía constantemente en mi interior y que no me animaba a platicarlo con los demás.  Me refugiaba en las materias propias para los que somos cohibidos: matemáticas, química y física.  Estos campos del conocimiento y entretenimiento, son propicios para disfrutar la imaginación, deducción e invención; para convivir intensamente con miles de ideas a las cuales les podía agregar un poco de fantasía y así expresar en mi universo espiritual: mis afectos.

El paraninfo era por sí mismo un edificio que parecía estar construido con las acciones sabias de nuestros maestros,  con movimientos que representaban libros inmateriales. El piso, los muros, el techo y los preciosos ventanales estaban fabricados con  sueños y pensamientos  de nuestra inquieta vida intelectual de aquellos años de evolución  de nuestra existencia.

En el paraninfo disfruté preciosas obras de teatro estudiantil, dirigidos por maestros de origen español, refugiados en México. Maestros y alumnos que ensayaban sin fatiga, eran semidioses: Todopoderosos y humanos. Estos maestros también impulsaron con mucho éxito la danza folklórica, con ritmo perfecto, llena agilidad y  colorido; y sus alumnos alcanzaron a temprana edad niveles de perfección.

Así  recuerdo al paraninfo de Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas. El lema del Instituto era: "Por la cultura de mi raza"...

No hay comentarios:

Publicar un comentario